Puntos suspensivos. El recuerdo baña como un bálsamo mi corteza cerebral en un intento por completar el retrato hablado de la ucronía que oficia de bisagra entre lo que fue y será.
...Sören, el guarda más antiguo del Subte A observaba perplejo y prácticamente cegado por aquella extraña luz mortecina la escena de la desaparición de Cristóforo, repentinamente devorado por la oscuridad que se había tragado a la estación Lima junto a todos los pasajeros que esperaban para abordar el tren. Sacudió la cabeza y con voz trémula musitó: "No hay verdades impersonales, pues la verdad es mi vida misma, la forma en que mis inquietudes y mis actos dan fe del sentido que para mí tiene la existencia... Los sistemas filosóficos, grandes construcciones del pensamiento abstracto, constituyen la negación de la existencia singular, viva, acuciante".
...Sören, el guarda más antiguo del Subte A observaba perplejo y prácticamente cegado por aquella extraña luz mortecina la escena de la desaparición de Cristóforo, repentinamente devorado por la oscuridad que se había tragado a la estación Lima junto a todos los pasajeros que esperaban para abordar el tren. Sacudió la cabeza y con voz trémula musitó: "No hay verdades impersonales, pues la verdad es mi vida misma, la forma en que mis inquietudes y mis actos dan fe del sentido que para mí tiene la existencia... Los sistemas filosóficos, grandes construcciones del pensamiento abstracto, constituyen la negación de la existencia singular, viva, acuciante".
- Vamos a moriiiiiir!!!! (gritó la chica que atendía la llamada telefónica y fue la primera en advertir aquella extraña luz que invadía el túnel).
- Esto es lo que representa el idealismo hegeliano... ( respondió Sören, al tiempo que le clavaba la mirada a la chica del teléfono).
Sentada frente a mí, la chica de pelo tricolor dejó caer su enorme bolso de Los Pitufos y en un arrebato de terror le tiró por la cabeza a Sören el libro de Foucault lleno de señaladores y cintitas de colores que amojonaban los pasajes más sabrosos de la Historia de la Sexualidad, que hasta ese momento venía leyendo casi a hurtadillas.
El pesado impacto foucaultiano sonó seco en el parietal izquierdo de Sören, pero no logró acallar la catarata de fonemas que se desbarrancaban inexorables desde el borde de sus labios, ahora cianóticos.
El pesado impacto foucaultiano sonó seco en el parietal izquierdo de Sören, pero no logró acallar la catarata de fonemas que se desbarrancaban inexorables desde el borde de sus labios, ahora cianóticos.
- ...Los sistemas se pierden en lo posible y en la serenidad de lo muerto. La existencia es real, trágica, mía!... este dolor de verdades que me impactan intentando adentrarse en mi cabeza son su prueba irrefutable...Frente a ella, siempre comprometido en la elección y el riesgo del hacernos para existir, se levanta - dice Sören - la inquietante imagen del Crucificado. La razón nada puede entender. La Cruz es la paradoja y lo absurdo. Dios, trascendente, es al mismo tiempo el fondo último de mí mismo y lo incomprensible que me da sentido...
- Calláte hijo de una gran puta, vamos a moriiiiiir!!! - gritó la chica del teléfono, mirando a Sören con los ojos inyectados de sangre - .
- Policía Federal. Señorita, va a tener que acompañarme - le dijo el Cabo Primero Benítez a la chica del teléfono, visiblemente contrariada por la contravención-.
- Libérela Sargento! - intervino Sören - La existencia humana es siempre desesperación y angustia...
- Cállese la boca, desacatado, o me lo llevo a usted también! - gritó el abnegado agente del orden - .
- Policía Federal, la vergüenza nacional!!!! - coreaba el resto de los pasajeros, en un arranque de solidaridad pseudosetentista, lo que - he de confesarlo - logró que se me piantara un lagrimón al retrotraerme a los sonidos y olores de mi más tierna infancia. Sobre todo por el olor a pólvora, ya que Benítez, viéndose superado por la situación, pegó tres tiros al aire de su reglamentaria Ballester Molina, con tan mala suerte que uno de los disparos rebotó en una de las tulipas de bronce del viejo Subte A y fue a parar al medio del pecho de Sören, quien, con un hilito de voz, alcanzó a decir las que serían sus últimas palabras:
- Desesperación ante la tremenda necesidad de definirme por la relación que vivo ante Dios, y angustia porque mi existencia ha de crear con su decisión, y a los saltos, la realidad misma de un futuro que, de momento e inicialmente, es la nada mis...
...ma. Misma, era la última palabra de Sören, truncada por la furibunda repetición de golpes que la chica de pelo tricolor, no conforme con que el pobre desgraciado haya sido baleado por la autoridad, le propinara en medio del rostro con su enorme y pesado bolso de Los Pitufos, que finalizó así su trágica, desesperada y angustiosa existencia existencialista.
5 comentarios:
Casi digno de la muerte de un héroe trágico, mire usted, con soliloquio y todo.
soL ? loquio yo ? o el ?
Cristóforo se fue por un gujero negro ?
Papá pitufo reacciona ante el llamado de pitufina ?
que es esto ?
eh ?!!!
Lucy: Pobre Sôren, este es el destino trágico de la clase trabajadora.
Barrufa: lo qué?
yo quisiera saber en que me equivoqué
jajajajjajaaja
jajjajajajajaa
Juan!: Nosotros también!. Y sabé que no te demandamos sólo porque además de haber sido nuestro psicólogo (encima de los tres, loco!)sos nuestro amigo.
jajajajajaja
P.D. A ver cuando nos tomamos unos tintos los 4 y nos ayudás a exorcisar los demonios que nos atormentan.
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