Pequeño extracto del Libro de Las Revelaciones Pasadas, Presentes y Futuras

No se por que extraño designio divino me desperté hoy con cierto grado de cosmovisión filosófica y recordé la corriente nihilista de Kant, aquella que habla de lo incognoscible de las cosas.

Esto de que las cosas, una taza, un hombre, un sentimiento como el amor, una idea, no se conocen por las cosas en si sino por lo que ellas generan

Definir lo indefinible por sí se hace difícil incluso para mí que suelo encontrar definiciones para todo incluso hasta para aquellas cosas que no lo necesitan.

Así que solo intentaremos ser la gota que irrumpe la quietud del estanque.

Describir las sensaciones del hoy sin el debido contexto del ayer es como intentar completar el álbum del hombre araña con las figuritas de barney.

Probablemente quede lindo, colorido, prolijo, hasta sugiera contundente veracidad.

Veracidad que por verosímil muchos tomaran por cierta.

La misma certidumbre que desde los pedestales de la impronta baja, maquillada cual canto de sirena, a los distraídos oídos de aquellos que por olvido, omisión, desconocimiento, juventud, inexperiencia o por que no también por conveniencia se instala en el "nuevo" imaginario colectivo.

Si solo nos remitiéramos al hoy seguramente vivimos en el acabose.

Pero, si el ejercicio adecuado para la razón es la reflexión entonces, el resultado de nuestra búsqueda de verdad girará por otros senderos, con más luces que las dibujadas sombras que proponen los fundamentalistas del discurso.

25 años no es poco.


Si, se que a esta altura de la velada puedo parecer medio limado pero si se sumergen y bucean en el mar de las aparentes incongruencias encontraran pequeños atisbos de la cordura que creo haber extraviado la semana pasada.

No, a no confundir no he perdido el camino, reciencito nomás acabo de dar el primer paso.